Poesía del Buque Escuela "Galatea"

Se recoge es esta página el sentimiento que le sobra al corazón, y vuela como cometa zizageando a merced del viento, para plasmarse como adivinanza en un blanco papel.
Los textos aquí encerrados, son como una puerta que deja a los que miran pensando en lo que se ve durante un momento.
Algunos poemas son canciones de viejos marinos, cargadas de añoranza, cielo, sol y mar. Otros versos son emociones, sentimientos y sobre todo despedidas a un blanco velero, mentor y guía de jóvenes muchachos que a lo largo de su vida lo llevan en su recuerdo.


Canción del Buque Escuela “ Galatea "
Bella fiesta de alegría
donde reina la cerveza
Hay pasión en la mirada
y en las piernas hay firmeza.


Todos ríen, todos cantan,
sin temores ni inquietudes
y cuando la polka suena
brindan todos por el amor.

En el Galatea sí yo navegué
más del Atlántico nunca salí
y nunca más podré olvidar
los puertos que yo conocí.

Fui a Lisboa, Oporto, Funchal
a Cabo Verde y Azores también fui
Y nunca más podré olvidar
las chicas que yo conocí.

Las americanas con su amor frenesí,
las inglesitas que a todo dicen que si,
las francesas que nos declaran su amor,
pero como la española en el mundo no hay mejor.

En el Galatea sí yo navegué
más del Atlántico nunca salí
y nunca más podré olvidar
los puertos que yo conocí.

Bella fiesta de alegría
donde reina la cerveza,
hay pasión en la mirada
y en las piernas hay firmeza.


Todos ríen, todos cantan,
sin temores ni inquietudes
y cuando la polka suena
brindan todos por el amor.

Fui a Lisboa, Oporto, Funchal
a Cabo Verde y Azores también fui
Y nunca más podré olvidar
las chicas que yo conocí.


Oh Galatea, tú eres el barco mejor
Tu te cimbreas, desde la roda al timón
Las olas te agitan, desde babor a estribor

Y tus marineros cantan esta canción de amor.


Himno del Buque Escuela "Galatea"

Viva España porque tiene su Marina Nacional.

Soy valiente y leal marinero
soy cristiano y noble español
que la sangre que corre en mis venas
la doy por defender la nación.

Todos juntos como una familia
muy contentos esperamos aquí
que nos llegue la hora de partida
para conseguir vencer o morir.

Buque Escuela “ Galatea “
Buque Escuela “ Galatea “
orgullo de la nación
que es la esencia en los hombres
de puro matiz español.

Que defienden tu bandera
y a nuestra España de religión.

Serviola que vas en la cofa
marinero que vas al timón
artilleros que vais en las torres
poner todos vuestros ojo avizor.

Y si acaso veis al enemigo
al momento corred y avisar
y que todos en nuestros destinos
defendamos a España
la grande e inmortal.

Buque Escuela “ Galatea “
Buque Escuela “ Galatea “
bien te puedes alabar
que todo el mundo lo sabe
que has sido un barco ejemplar.

Por eso hoy la Marina
está orgullosa de tu lealtad.

Musica y letra de Bartolomé Alonso

Canción
Al descansar de la dura pelea
que sostuvimos todos con el mar,
en tres meses de crucero, Galatea,
navegar, navegar, navegar.

Todos marchamos muy contentos,
todos cantamos con amor
a esa tierra que añoramos
y llevamos en el corazón.

Ya venimos del mar,
vamos a descansar,
vamos a descansar,
volvemos al hogar.

Cantemos pues todos al Galatea
donde viví amarguras e ilusión,
mi velero qué solo te quedas,
siempre te recordaremos con amor.

No olvidaremos viejos tiempos
de aventuras sin igual,
cuando amenazaban los vientos,
cuando rugía el temporal.

Ya venimos del mar,
vamos a descansar,
vamos a descansar,
volvemos al hogar.

Canción especialistas de maniobra
Somos los especialistas
de la nueva promoción y promoción,
dejamos el Galatea
con su nueva dotación y dotación.


Haber cuando llega el día en que aferres como yo,
los juanetes, los velachos, el trinquete y la mayor.


Cuando el Galatea sale a navegar,
todos los peludos echan la mascá,
y al llegar a puerto se ponen a cantar :

no me he mareado, nada, nada, ná.

Este barco ha demostrado lo que es canela fina,
sus marineros valientes, ante el peligro sonrientes
lo mejor de la Marina.


Cuando el barco atracó
retirada se tocó,
y este cantar se oyó.


Así se puede saber porqué el Galatea cruza los mares,
por que tiene la dotación acostumbrada a los temporales.


Himno del Cuartel de Instrucción de Marinería de Ferrol  en el año 1.953
(Era cantado al son de la música de  Lilí  Marlene.)

Somos marineros
del mar de Ferrol,
somos portadores
de bella tradición,

y nuestra mayor gloria es,
la de formar la dotación,
del Cuartel de Instrucción,
del Cuartel de Instrucción.

Cuando navegamos,
cara al mar y al sol,
buscando el imperio
en las rutas de la mar.

La brisa nos recordará,
con alegría, y con pasión,
al Cuartel de Instrucción
al Cuartel de Instrucción.


Canción 
En la proa del Galatea
hay lágrimas y no ha llovido
son lágrimas de pelones
al ver los cumplidos.

Atraca el chichorro
Y vuelve a  atracar
Estamos cumplidos
Queremos marchar

 Si quieres saber, peludo
Como se aferra un juanete,
arría los escotines
y entra los chafaldetes,

tira la relinga arriba,
aferra paño por paño,
darás bien los tomadores,
y ya está el juanete aferrado.

Atraca el chichorro
Y vuelve a  atracar
Estamos cumplidos
Queremos marchar

Recuerdo del Galatea
Mi vida ofrecí a un velero,
mi amor a las velas,
mi alma al viento.

Sopla fuerte mi alma,
vida pon un rumbo certero,
amores coged bien el viento,
para mover mi velero.


(Arminio Sánchez. Galatea 1974)


Compañero
Este temporal a destiempo,
estas velas blancas en las niñas de tus ojos,
esta pequeña historia de amor

que se cierra como un abanico, que abierto
mostraba a la bella alucinada Galatea .

Se fué así tu vida ,
la más desnuda ente el bosque de olas
sol, viento, luna y estrellas.
La más arropada entre marinos,
amigos y compañeros del Galatea.

Gracias por haber sido compañero de mis compañeros,
por haber hecho reir a aquellos valientes muchachos,
entre los que te encontrabas y compartías, tus risas,
tus temores, tus inceridumbres y tus certezas
de aquella vida en la mar.

Para Pedro García Estéban. ” Pepe Blanco”.

Un velero blanco
Un velero blanco cruza mi añoranza,
esculpe la mar brava con sus aguas.
Estrellas de plata dibuja y lunas blancas,
en el cielo de mis noches iluminadas.

Una nube de pasión cruza los cielos,
bajando lluvia pequeña en fina danza.
Yo camino por las sendas de tus cielos,
fundiendo en mi costado la esperanza.

Perdidas entre dulces sueños dos almas.
Su reencuentro multiplica las estrellas,
observando atentas a la dama
Galatea, ninfa entre las bellas.

Solo quiero la tersura de tus labios
y mi barca anclada en tu puerto.
Adueñarme de la mirada de tus ojos.
No retroceder ante el embate de tus besos.

Rotas las ánforas de viajes y despedidas.
El amor en oscuras celdas prisionero.
Torbellinos de ilusiones renovadas.
Ha roto los barrotes de mi encierro.

A la orilla de la mar espero tu regreso.
Libre , con ilusiones y esperanzas.
Deseoso de cumplir mi soñado deseo.
pasan los días, tempestades y bonanzas.

Aventura
 
Las velas tensas del Galatea
con el viento a su favor,
va surcando los mares
y canta mi corazón.

Ni borrascas ni tormentas
detendrán esta aventura,
tengo historia, sol y viento
tengo rumbo y dirección.

Llevo en mis arcas tesoros
de inigualable valor,
recuerdos viejos, tristezas nuevas
y alegrías al por mayor.

Las bodegas van repletas
de vivencias compartidas,

de miradas como estrellas,
de cariños florecidos,
de perfumes del amor.

Hay baúles que rebosan
sentimientos olvidados,

gestos no comprendidos,
nostalgias, horas felices,
años de intensa pasión.

En una caja pequeña,
con forma de corazón
hay lágrimas y sonrisas
que guardo hace muchos años
son mi tesoro mayor.

Las velas tensas, el Galatea altivo,
sol arriba, y con el viento a mi favor
van conmigo mis tesoros
los guarda mi corazón.

El Galatea navega de nuevo
Aquel viejo Galatea, fatigado
por muchas singladuras por los mares,
hubo de renunciar a sus andares
quedandose en quietud, a un puerto anclado.

Ya vientos y tormentas son pasado
recuerdos, solamente los lugares,
que en su ir y venir, dudas y azares,
su quilla trotadora, había pisado.

Quizás alguna vez hoy, todavía,
bulla en sí la nostalgia de algún día
y sienta tentacion de andar camino,
y crea haberlo conseguido.

Pero que se de cuenta que eso es sueño,
al conseguir saber que ya no es dueño
de disponer por sí de su destino,
aunque puede ser un desatino:

El pensar que marinos leales,
de un apartado muelle tomado,
con ilusión y ya desanclado
surca con ellos los mares.

El Galatea navega de nuevo
con sus velas enchidas de viento,
lugares, mar, firmamento,
cobró realidad su sueño.

Despedida
Me despides con un pañuelo de algas
ninfa de los mares, Galatea,
musa, náyade, sirena,
soledad de cubierta y de aguas.

Tu destello emigrante en orzada,
se despide y zarpas a otro puerto.
Te vas sin palos destrozada,
mutilada y sin partes de tu cuerpo.

Buscarás el calor de otras mareas,
la calma que te ofrezca otro lecho.
Hallarás la corriente que deseas
con destino, proa a otro puerto.

Y en la polar, estrella luminosa,
observarás mi pupila dilatada
goteando lloros, temblorosa,
vigilante de tu nueva arribada.

No quiero remolinos, ni tormentas,
sólo quiero calma, suaves brisas.
No quiero acapararte con mis olas,
solo mirarte, sosegado, ya sin prisas.

No quiero el ancla de tu beso urgente,
como arpón fulminante y certero,
ni la necesidad abrumadora de tenerte
de nuestros cuerpos de agua y de acero.

Sólo quiero tu quilla marinera,
y en mis olas, tu cuerpo deslizante.
En mi cuerpo de agua ya serena
sentir tu proa siempre avante.

Soy tu mar, Buque Escuela Galatea,
del que siempre victoriosa te ha sentido,
océano que tu presencia ahora añora,
mar al que siempre has complacido.

Deseos
Oh velero!
que a mi imaginación asomas
y que en mis sueños te balanceas
como ligera embarcación.

Oh ilusión!
con tus mástiles y velas para navegar
te haces imperceptible en el inmenso mar
cumpliendo mi gran ambición.

Galatea!
contigo haré lo que siempre soñé
navegar, adentrándome en el mar
para mirar la tierra por última vez.

 Oh! Galatea!
al fin solo estaré.
Mi velero, el cielo, las estrellas
las olas, el viento y la  mar.

Ahora podré descansar,
disfrutar del sosiego,
la noche, el día, luna , el sol,
y la paz de navegar.

El Galatea
“Buque Escuela Galatea”
tu fuiste el barco velero
donde me embarqué primero
con la ilusión de ver tierra.

De la Marina, en la escuela
me forjé cual marinero
con la esperanza y anhelo
de ser marino de guerra.

Más si el destino se empeña,
torcerá tus derroteros,
dándote un golpe certero
cuando tú menos lo esperas.

Galatea de mis sueños,
barco bonito de vela
que mis recuerdos venera
en la rosa de los vientos.

No me abandona el recuerdo
grato, de tus singladuras,
unas bellas y otras duras
por el Atlántico corriendo.

Mi sueño estaba cumpliendo,
y acariciaba sin prisas
el vendaval o las brisas
de un mar temible o sereno.

Noches de luna y estrellas,
que en el espejo del mar
pintaban brillos de sal
las espumas de tus huellas.

Allí la nostalgia llena,
de amor y de pensamientos,
lo mismo que llena el viento
de nuestro buque la vela.

Tú que hendías con firmeza
la proa en olas de plata,
en la estela te dejabas
lobo de mar, tu fiereza.

A ti cual barco pirata,
nadie ganó en ligereza,
y recuerdo tu silueta
en el azul reflejada.

Dos años fuiste mi casa
que abatida por las olas
pusiste en algunas horas
un buen nudo en mi garganta.

Por ese mar tan profundo
me enseñaste el Ecuador,
mostrándome con clamor
cuán hermoso es este mundo.

Hiciste que nudo a nudo
aprendiera yo a rezar,
porque, cruzando la mar
dicen que se aprende mucho.

Bajo el quehacer de tu influjo
me soñé una criatura,
feliz de aquella aventura
que me rindió y me sedujo.

La última vez que te vi
se humedecieron mis ojos,
por las órdenes y antojos,
que me apartaron de ti.

¡Cómo me acuerdo al vivir
en un mundo diferente,
que me hace sentir ausente
de tu aventura y de ti!

( Por Alvaro Gaspar )

Añoranzas
Escúchame Galatea.
Ahora me voy. Me voy
pero no te dejo.
Porque es imposible dejar el corazón
y llevarse tan solo el cuerpo.

Escúchame.
Me voy hacia tierra adentro,
dejando entre tus costados
todo mi mundo , todos mis sueños.
En ti Galatea dejo mi pasado.

Y llevo tus vientos, tus olas,
tus velas y tu mar.
Y la imagen de tus gentes marineras.
De las gentes que en ti vivieron,
dentro de tus cuadernas.

Y llevo tu magia y tus misterios,
tus colores y el ronroneo incesante
de la música de tu cuerpo
cuando choca con las olas
o cuando besa las brisas soñadoras.

Y llevo, sobre todo y más que nada,
llevo todas tus promesas
y todos tus silencios…
Te llevo, mi Nereida Galatea
hacia dentro, hacia mi tierra.

Blanca Galatea
Mas yo que al turbio elemento
tendí ya mis alas bellas
no vivo sino oigo en ellas
rujir el vigoroso viento.

La tierra y su orgullo vano
me causan mortal hastío,
pero el mar… ¡Oh! ¡El mar es mío!
mi patria es el océano.

Henchida, la blanca lona platea
rompiendo montes de espuma,
vuelo entre compacta bruma
como velero Galatea.

Nave no hay quien me aventaje
ni en mi casco ni en mi estampa,
ni ha cruzado otra más blanca
que me iguale en coraje.

Soy de esbelta y aguda proa,
mástiles limpios y erguidos,
costados siempre bruñidos,
donde el sol se mira y asombra.

No hay bajel que en su navegar
me iguale o rinda altanero,
pues soy el buque más velero
incansable y tenaz.

Si el viento silba muy fiero
graciosamente me inclina,
pero avanzo de bolina
cual ningún otro velero.

Nunca el turbión, de mis gavias
rindió el mastelero erguido,
ni puerto estrecho o torcido
ni aguas mansas ni bravas.

En vano el viento enemigo
contrariamente me azota,
y arreciando el mar alborota
su fiereza para conmigo.

Que en apuntando mis vergas
pese al soberbio elemento,
salgo siempre a barlovento
cual velero Galatea.

Nereida Galatea
Blanco como la espuma
es mi velero
y desde el cielo
veo tu navegar
sobre el mar.

Galatea, sobre la bruma
tus velas, el viento,
las tempestades, tu barlovento.
Tú rezumas agua de sal
por tus poros de abacá.

Silueta femenina en la tajamar
en tus jarcias y palos,
“maniobras” osados
sobre flechastes, burdas,
sollozos y dudas.

Nereida te dejaste amar.
Sueños, mares
amores , lugares
travesías, osadías
noches, madrugadas, días.

El aprendiz y el Galatea
Desde que era niño siempre tuvo un sueño,
se lo dió un barquito de papel,
y fue desde entonces que quiso ser dueño
del velero blanco y navegar en él.

No por los paisajes de cielos lejano
tampoco por islas de hermoso coral
él solo soñaba sentarse en su barco
y por una brisa dejarse llevar.

Al pasar el tiempo se quedó en un sueño
nunca cumplió su anehelo de mar
nunca dijo nada, y siempre su empeño
fue en el Galatea poder navegar.

Al pobre velero nadie le ofrecía,
por sus pocas fuerzas un poco de mar,
y allí en el puerto día tras día
se le arrebató su deseo de poder navegar.

Pasado ya el tiempo aparece en su sueño
y se va hasta el patio, buscando soñar,
en la vieja silla, se siente en el barco,
cerrando los ojos escucha la mar,

y hasta hay una brisa
que baja a sus labios
olas pequeñitas
con sabor
a sal.


Olvido
Soy Galatea, quien
lleno de historia
en puerto,
ya no juego con el viento.


Mi gente, aprendices
nunca más han vuelto,
ni sus nostalgias
ni la bravía inmensidad del mar,

negra a veces,
ya no tiene sentido.
Y las tempestades
quedaron en el olvido.

Soy Galatea, quien
lleno de historia
en puerto
ya no juego con el viento.

Para todos los que estuvieron a bordo del Buque Escuela de Maniobra Galatea.

Cruzando el Ecuador
Cruzábamos el Ecuador
en el Galatea de antaño,
vientos flojos, ojo avizor
largado todo el paño.

Nuestro contramaestre
bromeaba al alumno
y se proclamaba Neptuno,
con corona y tridente

El lampiño marinero,
propicio reo del rito,
enarbolaba el bichero
abrazado al torrotito.

Acatando la ordenanza
de otear en lontananza
la esquiva latitud cero
y festejarla en el velero.

Para, sin mayor misterio,
pasar al otro hemisferio.

Especialistas  de maniobra
Éramos los alumnos, los marineros
de la mar, el universo y cofradía
que convierte la noche en mediodía,
cuando descubro bellos derroteros.

Se mudan mis besos en masteleros
que el mirarte Galatea, da alegría,
agua flamante cómplice, eres vigía
y por eso quiero flotar en tus aceros.

Pon tu bondad, cobijándonos del frío,
vigila pastos mi querido velero,
que la mar te libre del bajío.

Porque quiero que te sientas navío
que te lean allí al pisar el suelo
y te escriban con versos de pomelo.

Como eres Galatea
A ese velero atracado
¿ Cuánto cuesta un beso ?
¿ cuánto le mide un abrazo,
y el puntal de una caricia ?.


Ven, piensa y dime, Galatea,
¿ cuál es el ancho de tus velas ?,
¿ cuál es el esfuerzo del viento
sobre tu vida y obra muerta ?.


¿Cuál es el calado de tu dulce sonrisa,
de tus Trópicos, de tus marinos.
Dime blanca figura, peinada por la brisa:
recuerdas tus mares, tus canciones y versos.


¿Y cuánto pesa en tu tiempo, mi agradecimiento,
o tu mirada fija en mi, al que nadie mira nunca?.
Y la gratitud de alumnos a temporales expuestos,
cobijados de las olas y esperanzados en tí, a sotavento.


A los colaboradores del Bog
Cuantos días sin recordar
al viejo y blanco velero,
de aquellos años atrás,
de noches y días de ensueño.


De abatimientos, de navegar,
de castigos por no decir viento,
mirando de frente a la mar,
en las frías noches de invierno.

Y en esto, una voz corta el silencio,
¡ pero cuantos barriletes me deben !
que aquí en la toldilla espero,
con cerveza, jamón y percebes.


Cuando el Galatea navegue
para qué orzarlo al viento,
para que demonios distraerlo,
si es mejor que arribe.


Que le persigan los vientos,
formando estelas tranquilas,
que en toldilla a sotavento
yo reclamo bien las deudas.


Ropa vieja, no quisieron
en gaveta con mucha solera,
algunos que muy bien vivieron
en el buque escuela Galatea.


Castrillon con paso alegre,
desciende la pasarela
y se aleja por el muelle
dejando un deudor, centinela.


Desde la borda, Miguel,
que no tiene tanta suerte,
no puede irse con él,
tardará un día en verle.


La guardia militar le espera,
mañana será otro día,
y tomará una cerveza,
claro, pero no en toldilla.


Al momento, reclama Meizoso,
que quiere franco paseo,
y Arminio sin comerse un rosco,
castigado, tiene baldeo.


Por pretender a la dama,
allá bajo el bauprés,
que improvisando una cama,
a la mar se fue a caer.


Gracias a que Manuel,
buen nadador y escribiente,
sin dudarlo fue a por él,
rescatando al pretendiente.


No te olvidamos
Vencedora de altas potestades,
tu fortuna de mar es millonaria.
Perlas bruñe tu brújula corsaria,
ebria de azul, sagaz de tempestades.

Vieja loba anclada en las ciudades,
buscando vas la estela solitaria,
de tu mar ferrolana y legendaria,
como frágil velero de saudades.

En tu solitaria ruta de estandartes,
en ti bullimos sedientos de nostalgias,
de tus viajes, de tus velas blancas,
Galatea, de bajar a tierra y dejarte
.


Dedicada a Castrillon
Con diez barriles por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero borrachín.

Castrillon pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo la mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en la mar vela,
en la lona gime el viento,
y Miguel en sotavento
larga la corredera.

Cantando alegre en la popa,
abrigado y con buena ropa,
y allá a su frente estás tú.

Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza,
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
de Miguel
y han rendido
con perdones
cien barriles
a mis pies.

Que es Galatea mi tesoro,
los barriletes mi afán,
mi ley, castigos y viento,
mi única patria, la mar.

La dotación está en guerra
esperando en los muelles
reclamando desde tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Espero ponerlos a raya
en un lugar u otro cualquiera,
y yo en toldilla con la bandera
que me da mucho esplendor,
que me da igual lo que sientan
por ejercer mi derecho
armado de mucho valor.

Que es Galatea mi tesoro,
los barriletes mi afán,
mi ley, castigos y viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de "barrilete viene!"
de mi camarote salgo a ver
cómo mira ya Miguel,
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la cerveza
sin rival.

Que es Galatea mi tesoro,
los barriletes mi afán,
mi ley, castigos y viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
por Miguel, Meizoso y Arminio,
no me abandone la suerte,
y a los mismos que me condenan,
colgaré de alguna antena,
quizá; en mi propio navío.

Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
en los juantes de yugo,
en la jarcia como esclavo,
en el radar como un bravo
era todo frenesí.

Que es Galatea mi tesoro,
los barriletes mi afán,
mi ley, castigos y viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
pastecas y cuadernales,
el estrépito y temblor
de los barriletes sacudidos,
por la mar y sus bramidos
aunque estibados y protegidos.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por la mar.

Que es Galatea mi tesoro,
los barriletes mi afán,
mi ley, castigos y viento,
mi única patria, la mar.


El Galatea,  para  Gabriel Antonio Concepción Conde
Te digo adiós pues te recuerdo  todavía.
Quizás nunca  he  de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste, no sé si te quería.
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño lejano, apasionado y loco,
me lo grabé en mi alma  de velero,  para quererte a ti.
No sé si te amé mucho, no sé si te amé poco,
pero si sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
en mis velas, entre mis cuadernas, en mi sentir.
Tu  Galatea te ve de niño, pensativo y serio,
tus pasos, tu mirada tu ir y venir.

Pero al quedarme aquí, sabiendo que te pierdo.
el corazón me dice que no te olvidaré.
Me entristece tu viaje, pues yo me quedo.
Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós y acaso con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí.
Pero te digo adiós para toda la vida
Aunque toda la vida siga pensando en ti.

Gabriel Antonio, los componentes de este blog
te llevamos en nuestros corazones.

El Galatea en Glasgow
Aquel viejo velero, fatigado
por muchas singladuras por los mares,
hubo de renunciar a sus andares
quedandose en quietud, a un puerto anclado.

Ya vientos y tormentas son pasado.
Recuerdos, solamente los lugares,
que en su ir y venir, dudas y azares,
su quilla trotadora, había pisado.

Quizás alguna vez hoy, todavía,
bulla en sí la nostalgia de algún día
y sienta tentacion de andar camino.

Pero que se de cuenta que eso es sueño,
al conseguir saber que ya no es dueño
de disponer por sí de su destino.


Reencuento con el Galatea
Existe en la nostalgia de tu ausencia
una pausa fugaz, un tiempo inerte,
donde añoro el calor de tu presencia,
y se nubla mi mirada por no verte.

Galatea, entre las nubes del recuerdo,
la magia del ayer llena mi entorno,
y me abruma con su paso cauto y lento
tu silencio con el cual no me conformo.

Al reflejo de tus velas, al ocaso
van mis manos, cual mendigo a la limosna,
temeroso al encuentro, que tu rechazo
me castigue en mi rogar, con burla y sorna.

Y en las playas de esta eterna lejanía,
con las olas de esperanza y desencanto,
se va hundiendo la ilusión del alma mía,
cual océano en tu quilla naufragado.

A tí Nereida Galatea
Bajo un hermoso mar de ensueños
lleno de luz y radiante de color,
habita la reina bajo el singular castillo
hecho de diamantes y corales de amor.

Da nombre a un velero de cristal de roca
que circunda los mares buscando ver allí
la mágica visión que solo en sueños
produce vibraciones tras de si.

La estela de esplendor que va dejando
junto a su fragancia y su sutil candor,
hacen que al deseo de mirarla
se estremezca de pasión tu corazón.

Galatea, hermosa estrella de los mares
con la brillante luz que irradias al navegar
si sonríe quedarás prendido de su encanto
al llevar polvo de estrella en su mirar.
Su corazón lleno de ternura te embelesa,
y al llegar a su presencia sentirás,
la gloriosa magnificencia de su encanto,

y por siempre, en su blanco velero la amarás.