Memoria escrita del Buque Escuela "Galatea"

Hasta ahora en los comentarios hemos ido añadiendo documentos escritos sobre el velero Galatea. En este apartado, específicamente vamos a incluir toda la documentación que se encuentre sobre el buque, ya sea en la prensa, en boletines oficiales y en textos diversos que hablen sobre nuestro querido velero, siempre citando las fuentes de todo lo relacionado.

LEYENDA DEL GALATEA Y UNA COLISION EN EL MAR SIN NOMBRE
Alberto Vera Meizoso, autor de ” Naves Celtas ” siendo muy joven se enrola en los grandes veleros de finas líneas y ampuloso velamen: Galatea y Juan Sebastián de Elcano. Fruto de su pasión por la mar nace de su pluma el libro titulado, La Leyenda del Galatea y una Colisón en el Mar sin Nombre, autoedición 2.010. 
Como introducción, el texto comienza de esta manera en su página 9: A instancias de un amigo que me deja un cuaderno en blanco para escribir, no lo sé, algo, o quizás más humildemente un diario en esos momentos, o cualquier cosa que se me ocurra . 
El gérmen que inspira esta leyenda en una mistura de recuerdos y pensamientos que resurgen en esa lejanía tierra adentro, desde la nostalgia que uno puede llegar a sentir por los barcos y la mar “. Texto que narra la vida a bordo, al final del cual describe su segundo destino en la Armada, el Juan Sebastián de Elcano.
 
EL BUQUE ESCUELA GALATEA "UN GUIÑO AL PASADO"
Al pasar del tiempo, se decide realizar otro libro cuyo título es el que encabeza este párrafo, en él se vierten la historia del Galatea, la vida a bordo, los viajes y las anécdotas de la tripulación. Se publica a principios de enero del año 2013 y la editorial Belgeuse, del grupo Prósopon lo comenta de esta manera:
El autor es  Arminio Sánchez Mora. Nació en Salamanca en 1957. Desde muy joven sintió pasión por la mar a pesar de vivir en Madrid, ciudad en la que discurrió toda su juventud. Estudió Derecho y actualmente trabaja para la Administración.

A los diecisiete años se enroló en la Armada donde eligió la especialidad de Maniobra por ser  la única que verdaderamente instruía sobre  navegación, la mar y los barcos. Su primer contacto con dicha especialidad fue en el  Galatea ,bricbarca convertido en  escuela, donde se formaba a los futuros suboficiales contramaestres y que en aquel entonces se encontraba atracado en los muelles de La Graña (Ferrol).

Tras varios años de vida militar, en los que fue pasando por diferentes buques, participó activamente en la Marcha Verde (TA-21 Castilla), Operaciones Tritón y Golondrina.
Posteriormente se inició en el mundo editorial como autor del texto y las fotos de la guía turística de Salamanca perteneciente a la colección «El Viajero Independiente».
Con el paso de los años su vocación marinera y la añoranza por el olvidado buque escuela Galatea motivaron el proyecto de rescatar y traer a la vida pública la vida del velero y de su dotación. En esa línea, en el año 2009, ya intervino en alguna publicación sobre el Galatea realizada por Alberto Vera Meizoso, uno de los pioneros que  junto con Miguel Gómez Ruiz y José Castrillón Mesa comenzaron a dar a conocer la memoria del legendario buque.
El autor, en plena colaboración con ellos, ha continuado recopilando la vida, navegaciones y anécdotas de esos jóvenes e intrépidos tripulantes; muchachos que aprenderían a «coger la mar con las manos y de frente», demasiado duro para unos adolescentes que tan solo meses antes habían dejado lejos el calor de sus hogares.

La Obra
Arminio Sánchez Mora nos presenta la historia de un buque legendario: El Galatea. Nació como mercante pero vivió como escuela de maniobra de la Armada.
En él se relata no sólo su historia sino también las vivencias que tuvieron lugar, situaciones reales, impresiones, alegrías, tristezas, anécdotas… vividas y contadas por quienes formaron parte de sus dotaciones, jóvenes e intrépidos tripulantes.
Un grupo de marinos nostálgicos y apasionados, en colaboración con el autor, han hecho realidad este libro; sin ellos y su pasión encendida por el Galatea no hubiera sido posible.
Esta historia constituye, en sí misma, un homenaje al Galatea, a todos los hombres que pasaron por él y, por ende, a la Armada. A él se ha sumado con orgullo esta editorial llevando a cabo su publicación.
La misma editorial tiene ya el borrador de la novela titulada "Aleta de tiburón " a bordo del Galatea" y os adelanto el prólogo:

Creo que las aletas de tiburón dan mucho de que hablar y no sólo como trofeo de pesca de aquellos voraces escualos que servían luego de alimentación fresca y nutriente para los también voraces hombres de la tripulación del Galatea.
Imagino el espectáculo en mar adentro, con las velas desplegadas, el sonido de la tela con el viento y el tintinear de pastecas, motones, y cabos contra los mástiles enarbolados hacia el cielo y los hachazos de la proa con eldevenir de las olas.
En ese momento una voz rompía la metódica, monótona y suave melodía de la máquina y la mar. La voz del atento guindola que recorría como un rayo toda la cubierta del velero. E instantes después el corneta Aquilino daba el aviso general de la danza del animal sobre las olas en su lucha por la vida.
Todos en cubierta, como novedad de la cotidiana navegación, se asomaban por la borda para contemplar como era izado a bordo ese tiburón de varios metros de longitud de piel brillante y escurridiza, que se revolvía dando coletazos, para zafarse de aquella garra mortal que se había atenazado como alimento en su garganta.

La cubierta del velero gemía bajo la presión de su poderosa cola, que en los últimos momentos de su vida arrebatada al océano, se negaba a ser víctima fuera de su vital medio.
Esa aleta de tiburón dará mucho que hablar y en torno a ella discurre la vida de esos muchachos que la colgaban en los penoles, dando fe de sus hazañas que no se limitaban a la pesca, sino a la navegación, a la mar, a las dificultades para la supervivencia ante la indómita y dura naturaleza y ante la dura disciplina a bordo.
Ahora, pasado el tiempo se recuerda con cierta nostalgia e incluso como una airosa y alegre aventura, pero en aquellos momentos de adversidad, no todo era tan fácil como narran esos muchachos Especialistas de Maniobra. El paso de los años ha dulcificado enormemente, esos momentos y el sabor agridulce vuelve a su paladar, como un vino reposado que en el caminar del tiempo, solo da excelencias.

Aprovecho una vez más, para beber de la inagotable fuente de vivencias de esos aventureros de la mar, en un buque que se movía merced a sus templadas manos, certeros pies y ágil mente.
Muchachos a los que yo, sin conocerlos, los imaginaba y admiraba cuando mi mirada, recorriendo los palos del Galatea, se iba alzando hacia el azul del cielo.
Esos jóvenes  han sido el alma de este libro y se ha escrito pensando en ellos, en aquellas  dotaciones que han dado vida al velero  Galatea y especialmente en :  Miguel Gómez Ruiz y José Castrillon Mesa.

Comenzamos estas narraciones en tierra y recordando al Galatea, no sin antes describir un pequeña reseña histórica del velero. Prologo de Alberto Vera Meizoso y Arminio Sánchez  Mora.


DESAPARICION DEL BUQUE ESCUELA GALATEA Y LA ACTUAL REGULACION DE LA ESCUELA DE MANIOBRA
Desde épocas pretéritas, mucho ha cambiado la situación del Galatea, en cuanto a sede como Escuela de Maniobra. Desde los años dorados acogiendo a los alumnos para su formación teórica y práctica mientras el buque navegaba, hasta su enseñanza a futuras promociones, ya como buque flotante amarrado en el Arsenal de Ferrol y posteriormente en el muelle de La Graña, con su bauprés señalando siempre hacia Mugardos.
Con la lamentable desaparición del buque y su acogida en tierras escocesas, la desparecida Escuela de Maniobra Galatea, como figuraba en apuntes académicos de los alumnos de la época y en la cinta de sus Lepantos, sufre la siguiente transformación.

Real Decreto 768/1997, de 30 de mayo, por el que se crea la Escuela de Especialidades Fundamentales de la Estación Naval de la Graña de la Armada.
Ministerio de Defensa. Real Decreto publicado en el B.O.E. número 141 de 13/6/1997.

La Ley
17/1989, de 19 de julio, reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional, establece en el Título IV la estructura de la enseñanza militar como un sistema unitario que permita la capacitación profesional del militar y la adecuación permanente de sus conocimientos al desarrollo de la ciencia y la técnica, disponiendo que, para completar las enseñanzas desarrolladas en las Academias Generales, podrán existir escuelas de especialidades fundamentales en las que se tenderá a concentrar más de una especialidad.
Actualmente, en la Estación Naval de La Graña, cuyas funciones son específicamente logísticas, se ubican dos escuelas que imparten enseñanza militar de formación a las escalas media y básica del Cuerpo de Especialistas de la Armada:

La Escuela
de Maniobra de la Armada, desde el año 1982 y procedente del buque escuela «Galatea», a la especialidad fundamental de «Maniobra y Navegación», y la Escuela de Aprovisionamiento y Servicios de la Armada, desde 1989, a las especialidades fundamentales de «Administración» y «Alojamiento». Ambas desarrollan, además, la enseñanza de formación y la formación de los militares de empleo de las categorías de oficial y de tropa y marinería profesionales, así como determinadas enseñanzas de perfeccionamiento de diferentes cuerpos y escalas de la Armada.

La aplicación de los principios de economía de medios, racionalidad, eficacia y afinidad formativa, aconsejan la unificación de aquellos órganos que, por la naturaleza de sus funciones, son susceptibles de integrarse en nuevas estructuras orgánicas.
En este sentido, resulta conveniente la concentración de efectivos y medios de la Estación Naval, la Escuela de Maniobra y la Escuela de Aprovisionamiento y Servicios de la Armada, en un solo organismo, que desarrolle las funciones docentes, logísticas y de seguridad que corresponden a aquéllas.
En su virtud, a propuesta del Ministro de Defensa y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 30 de mayo de 1997.

D I S P O N G O:
Artículo 1.
Creación, misión y dependencia.
1. Se crea en el Ministerio de Defensa la Escuela de Especialidades fundamentales de la Estación Naval de La Graña, con la misión de impartir la enseñanza militar de formación del Cuerpo deEspecialistas de la Armada, para las siguientes escalas y especialidades fundamentales:
a) Escala media:
Maniobra y Navegación.
Administración.
b) Escala básica:
Maniobra y Navegación.
Administración.
Alojamiento.

2. La Escuela de Especialidades de la Estación Naval de La Graña se integra en la estructura de Apoyo a la Fuerza de la Armada, sin perjuicio de las competencias que tiene atribuidas el Almirante Jefe de la Zona Marítima del Cantábrico, respecto a las unidades, centros y organismos ubicados en su demarcación territorial.

Artículo 2.
Cometidos.
Además de la misión principal contemplada en el artículo anterior, a la Escuela de Especialidades fundamentales de la Estación Naval de La Graña le corresponden las siguientes funciones.
1. En el ámbito de sus campos docentes:
a) Impartir los cursos de perfeccionamiento que se determinen, para el personal de los diferentes Cuerpos y Escalas de la Armada.
b) De acuerdo con los correspondientes procesos de formación, impartir los conocimientos profesionales de la formación elemental y la formación complementaria de la tropa y marinería profesionales de la Armada y desarrollar los cursos de perfeccionamiento que, para la misma, se determinen.
c) Desarrollar la fase de formación específica de la enseñanza de formación de los militares de empleo de la categoría de oficial de la Armada y, en su caso, la enseñanza de perfeccionamiento que, para dichos militares, se determine.
d) Establecer y mantener las relaciones de colaboración con los centros docentes militares y los del sistema educativo general que se consideren convenientes para el desarrollo de las enseñanzas, cursos y programas que tengan encomendadas.

2. En el ámbito del apoyo logístico:
Prestar apoyo logístico como Estación Naval, a las unidades de la Fuerza que así lo requieran y garantizar la seguridad del recinto y de los edificios e instalaciones tanto de la propia Escuela como de los pertenecientes a otras unidades, centros u organismos de la Armada ubicados en ella, a los que además suministrará los servicios necesarios para su funcionamiento.

Artículo 3
Organización y funcionamiento.
La Escuela de Especialidades fundamentales de la Estación Naval de la Graña ajustará su organización y funcionamiento a la normativa en vigor referida a los centros docentes de la enseñanza militar de formación y en ellos se tendrá en cuanta las funciones logísticas a las que ha de atender.

Disposición adicional primera.
Supresión de organismos.
Como consecuencia de la unificación quedan suprimidos, con carácter específico, los siguientes organismos de la Armada:
a) Estación Naval de La Graña.
b) Escuela de Maniobra.
c) Escuela de Aprovisionamiento y Servicios.

Disposición adicional segunda.
Régimen de personal.
El personal perteneciente a las plantillas y cuadros numéricos de los organismos suprimidos en la disposición adicional primera de este Real Decreto, quedan adscritos a la Escuela de Especialidades fundamentales de la Estación Naval de La Graña.

Disposición adicional tercera.
Modificaciones presupuestarias.
Las asignaciones presupuestarias de los organismos suprimidos en la disposición adicional primera de este Real Decreto se transferirán a las correspondientes de la Escuela de Especialidades fundamentales de la Estación Naval de La Graña.

Disposición adicional cuarta.
Adscripción o supresión de Especialidades.
La posible adscripción a esta Escuela de otras Especialidades como consecuencia de su creación o de la modificación de algunas de las existentes, así como su supresión se realizará mediante Orden del Ministro de Defensa.

Disposición derogatoria única.
Derogación normativa.
1. Quedan derogadas las siguientes disposiciones:
1ª Orden ministerial de 14 de marzo de 1941, de creación de la Escuela de Maniobra de la Armada.
2ª Decreto de 7 de junio de 1944, de clasificación de la Escuela de Maniobra como Centro de Instrucción.
3ª Orden 2064/1962, de 22 de junio, por la que se crea el Centro de Instrucción del Servicio de Aprovisionamiento (CISA).
4ª Orden 632/17009/89, de 19 de septiembre, por la que el Centro de Instrucción del Servicio de Aprovisionamiento (CISA) pasa a denominarse Escuela de Aprovisionamiento y Servicios de la Armada (EASA).
2. Asimismo, quedan derogadas cuantas disposiciones, de igual o inferior rango, se opongan a lo dispuesto en el presente Real Decreto.

Disposición final primera.
Facultades de desarrollo.
Se faculta al Ministro de Defensa para que, previo el cumplimiento de los trámites legales oportunos, adopte las medidas que sean necesarias para el desarrollo del presente Real Decreto, que en ningún caso podrá suponer aumento del gasto público. Disposición final segunda. Entrada en vigor.
El presente Real Decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Dado en Madrid a 30 de mayo de 1997.
JUAN CARLOS R.
El Ministro de Defensa,
EDUARDO SERRA REXACH

ALGUNOS APUNTES DE LA JEFATURA DE ESTUDIOS
“Escuela de Maniobra Galatea”
Jefatura de Estudios.
IZAR EL BOTE
Preparar el bote y pescantes.
Listos a enganchar.
Engancha con los aparejos claros.
Templar tiras, saca vueltas a los aparejos.
Listo, iza alto.
Adrizado longitudinal del bote con una tira.
Amadrina tiras.
Listo, izado alto al llegar arriba.
Abre tiras.
Iza por separado hasta llegar al tope.
Bozas y llaves.
Arría tiras, despacio en banda y al apostol. Recoje tiras a son de mar. Fuera horzas y llaves.

ARRIAR EL BOTE
Proa, popa. listos , arría hasta su altura. Alto.
Adrizado longitudinal con una tira.
Fuera pasadores.
Dispara.

PITO DE MANIOBRA
En el pito podemos producir dos sonidos: uno estridente y agudo y otro más suave y grave, dependiendo de la posición de la mano que lo empuña. La posición de mano abierta es la que produce el sonido suave o grave. La posición de mano cerrada es la que se produce el sonido agudo o estridente.
Cuando queremos pitar en la posición abierta, debemos emplear poca fuerza con el soplo; en la posición cerrada necesitamos soplar con más fuerza.
Estas son las dos posiciones fundamentales. También podemos emplear posiciones intermedias entre las dos indicadas, por lo que los sonidos producidos también serán intermedios entre el agudo y el grave y solamente por personal entrenado en pitadas o con mejor oído, serían comprendidos esos sonidos intermedios.
Razón por la cual, solamente se recomienda de principio el uso de las dos posiciones fundamentales de la mano, para poder pitar.

LA MODULACION
Podemos dar a los dos sonidos mencionados diversas modulaciones, que son:
Sonidos contínuos, sonidos ondulados, sonidos trinados y sonidos impulsados.
La obtención de estas diferentes modulaciones deben ser entrenadas principalmente con sonidos graves (mano abierta) por ser más difíciles y después con sonidos agudos (mano cerrada) y por último pasar de un sonido para otro.
Los sonidos CONTINUOS son obtenidos por un soplo contínuo y con intensidad uniforme.
Los sonidos TRINADOS son obtenidos por un trino de la punta de la lengua en el cielo de la boca, ocasionando por sí solo, un trino.
Los sonidos ONDULADOS son obtenidos por el control de la garganta sobre el soplo haciendo que el aire salga intermitente, con sonidos guturales. Los sonidos IMPULSADOS son obtenidos si hacemos una ligera pausa y recomenzamos con un soplo fuerte.

ESCUELA DE MANIOBRA GALATEA
"Jefatura de Estudios"
Asignaturas a impartir en el curso académico:
Maniobra, teórica y práctica. (manejo de botes a remo y vela, nudos y costuras, nomenclatura del buque, Reglamento para prevenir abordajes en la mar).
Meteorología.
Señales y banderas . Opticas y acústicas.
Astronomía, náutica y navegación, teórica y práctica.
Seguridad interior.
Instrucción militar.
Armamento.
Moral y ordenanzas.
Geografía e Historia.
Gámática.
Matemáticas.
Higiene y enfermedades.
Religión.
Gimnasia.

TEXTOS DE PRENSA Y OTRAS PUBLICACIONES
LA GACETA
16 DE SEPTIEMBRE DE 1922
La Gaceta publica una Real Orden del Misnisterio de Marina, disponiendo que por hallarse próxima a terminrar la transformación del motovelero Galatea, en buque escuela, en los astilleros Mont Falcone, y siendo necesaria la presentación en dicho punto de parte de su dotación, pase a Italia en comisión indemnizable del servicio el personal siguiente:
Capitán de fragata D. Ramón Martínez del Moral, teniente de navío D, Pedro Nieto Antúnez, contador de navio D. Eduardo de Abreu e Itúrbide, primer contramaestre D. Juan Rodriguez Ramos, primer maquinista D. Antonio Hernández Guirao, y primer torpedista - electricista D. Manuel Lanza Robles.

ABC  MARTES  7 DE OCTUBRE DE  1924. Notas Ferrolanas.
El Crucero "Reina Vicoria Eugenia", que debía llegar hoy a Pasajes, retrasó el viaje por el mal tiempo.
Por igual motivo fondeó en la Estaca de Vares, el Buque Escuela "Galatea".


VIERNES 30 DE JUNIO DE 1926. LA VANGUARDIA.
Organización de las fuerzas navales… En sevicios especiales quedan, el crucero Cataluña, destinado provisionalmente a escuela de guardia marinas y el motovelero Galatea, escuela de aprendices marineros ambos actualmente en curso de prácticas por el Mediterráneo…

ABC MIERCOLES 22 DE ABRIL DE 1942 Crónica del Galatea en Santander.
El Ministro de Marina visita el buque escuela Neptuno.


Santander 21 de abril de 1942. El Ministro de Marina despachó durante la mañana algunos asuntos de su departamento. A las once en compañía de su Estado Mayor y del comandante de Marina de este puerto, marchó al buque escuela Neptuno anclado en el muelle, donde fue recibido con las salvas de ordenanza y el ceremonial acostumbrado.
Después de revisar a los guardiamarinas el buque se hizo a la mar con el Ministro de Marina y su séquito. Este buque ofrecía la particularidad de que tanto en las máquinas como en las calderas, solamente iban guardiamarinas.

El Neptuno dio una vuelta por el abra del Sardinero, hasta el cabo Mayor, con un día espléndido y la mar bella, regresando luego al puerto donde el Ministro fue despedido como es de rigor. El señor Moreno desde el neptuno saltó a un bote del buque escuela de marinería Galatea, que le esperaba. En él pasó revista también a los alumnos marineros y fue recibido y despedido con arreglo a su elevada jerarquía.
A mediodía el Ministro marchó al golf de Pedreña donde almorzó en compañía de su séquito y de las autoridades.

El Ministro después del paseo que dio por la costa se retiró a Villa Piquío a las siete y media de la tarde y recibió algunas vistas. Por la noche invitó a sentarse en su mesa a las autoridades con quien departió largamente.

El Club Marítimo ha organizado una fiesta en honor del señor Moreno. Asistieron además del señor Ministro las autoridades locales, lo comandantes del Neptuno y del Galatea, los guardiamarinas del Cisneros y distinguidas damas santanderinas.
La fragata Galatea izó todo su velamen, iluminándola con reflectores El bello espectáculo proporcionado por el hermoso buque fue presenciado por Santander entero, que aprovechando la buena noche que hacía, acudió en masa a los muelles.
El Ministro visitará mañana, la casa de salud de Valdecilla y la biblioteca Menéndez y Pelayo. Por la tarde el señor Moreno hará una visita a la histórica villa de Santillana del Mar. CIFRA.


ABC 6 DE FEBRERO DE 1944.
El buque escuela Galatea sale en viaje de instrucción.
El Ferrol del Caudillo. A las once de la mañana de hoy, zarpó de este puerto el buque motovelero Galatea, que realiza viaje de instrucción, con marineros y cabos especialistas de la Armada.
Va directamente al puerto de Lisboa donde se encontrará a mediados del mes actual.
De Lisboa zarpará para las islas Canarias y de Palma de Gran Canaria irá a Funchal, de las islas Azores.

EL BUQUE ESCUELA ” GALATEA ” EN NUEVA YORK.
Sábado 19 de diciembre de 1.953.
Su comandante fue recibido por el alcalde de la ciudad.
Nueva York,18. Se encuentra en este puerto el buque escuela español ” Galatea” que se espera zarpe para España el próximo miércoles.
El comandante, Don Manuel González fue oficialmente recibido en el Ayuntamiento, por el alcalde, Vicent Impelliteri, que le dió la bienvenida en nombre del pueblo neoyorkino.
Los oficiales guardiamarinas y tripulantes del Galatea son objeto de numerosos agasajos.
EFE.

EL FERROL DEL CAUDILLO 16 DE ENERO DE 1.944
El Ministro de Marina, fue recibido por el Almirante Jefe de la escuadra Don Ramón Izámiz para después y tras visitar el crucero Canarias y contemplar un espectacular desfile en su honor, trasladarse sobre las diez de la noche al buque-escuela Galatea, que el día 1 de febrero emprenderá viaje de instrucción con los aprendices marineros, visitando Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y Funchal.
Agencia Efe. ABC.

LA VANGUARDIA ESPAÑOLA DE BARCELONA 
Próximo viaje de instrucción del buque escuela “Galatea”
El Ferrol del Caudillo, sábado 7 de marzo de 1.959.
El próximo día 15 iniciará su viaje de instrucción el buque escuela “Galatea” con los especialistas de marinería.
Llegará a Tenerife el 28, luego irá a Barranquilla, a donde llegará el 28 de abril, a Savannah, el 22 de mayo, a Liverpool, el 14 de julio y finalizará su crucero, en el Ferrol del Caudillo el 15 de julio.
Manda el buque el capitán de fragata Don Luis Arévalo Pelloz.

DIARIO ABC VIERNES 1 DE AGOSTO DE 1975 PAGINA 10
El Ferrol del Caudillo.
El Capitán General de la Zona Marítima del Cantábrico, Almirante González Ayer y Balseyro, presidió a las once de la mañana del día de hoy una ceremonia de entrega de despachos.
Dicho acto se celebró en la Base Naval de La Graña,donde se encuentra atracado el Buque Escuela Galatea, sede de la Escuela de Maniobra. En él se entregaron los despachos a 35 sargentos, 28 cabos primeros y 39 cabos segundos.

LLAMADA DE SOCORRO AL DIARIO ABC, DE UN CIUDADANO PIDIENDO EN CARTAS LA DIRECTOR , QUE SE CONSERVE AL BUQUE ESCUELA DE MANIOBRA GALATEA.
Domingo 22 de marzo de 1981 Cartas al director.
Conservar el Galatea.

Señor director: El buque escuela de maniobra, bricbarca “Galatea” ( ex Glenlee, de Glasgow ; ex Islamount; ex Clarastelle italiano y Galatea español en 1924) , se pierde. Y poco a poco con la vejez y estrictos gastos de mantenimiento por escasez presupustaria, irá deteriorándose en La Graña (Ferrol) hasta que se decida su venta al mejor postor, en pública subasta.
Su airoso mascarón, aunque algo estandar, de la época se venderá al peso. Las bitácoras, farolas, ruedas de timón, etc… aparecerán después, con altos precios en las tiendas de antigüedades, por tratarse de piezas auténticas. Igual sucedió con el buque escuela corbeta Nautilus, ex Carrick Castle, de la que hasta ahora no hemos encontrado ningún rastro en museos u organismos oficiales.
Y en la posguerra, con el bergantín goleta Sant Mus , en Barcelona; los pailebots Cala Marsal en Palma, ; Julio Casciaro en Cartagena; la goleta Piedad en Torrevieja, obra maestra de su clase y tamaño, y otros más.

Si perdemos el Galatea nos quedamos de nuevo sin un recuerdo casi centenario, de época y mérito singulares, de cuyos supervivientes a flote están otros muchos países a su busqueda y captura; los restauran, exhiben y cuidan como importantes exponentes históricos de gloriosos tiempos pasados.
Así sucede en Inglaterra (Londres, Portmouth, Greenwich, Newcastle); Estocolmo, Amberes, Finlandia ( Islas Aland ), Estados Unidos ( Mystic Seaport, San Diego, San Francisco, Boston, Baltimore, Filadelfia), Canadá (Vancouver y otros lugares del mundo, con más de centenar de buques en total.
Ya sabemos de nuestra crisis económica, pero también, como contribuyentes, nos asombra que puedan dejarse perder recuerdos históricos vailosos, por irrepetibles.
De otra parte, no es justo que el español medio crea ser responsabilidad de la Armada el salvamento que nos ocupa.
La Marina de Guerra, cuyo presupuesto es muy limitado, soporta grandes gastos en construir, mantener y adiestrar sus modernas unidades y escuelas; gastos que aumentan continuamente con los precios de los medios técnicos de combate.

Si es verdad que España mira, o dice quiere mirar al mar, el Galatea debe ser conservado como objeto de interés nacional; que con algunos ligeros condicionamientos podría ser utilizado para fomentar la cultura naval de la juventud y sus colegios, atractivo de estudiosos, de aficionados y de turistas propios y extranjeros.

Sin pararnos mucho a pensar , podría formarse un Patronato (parecido al Maritime Trust, inglés, fundado en 1.870 por el duque de Edimburgo ) con la ayuda de diversos organismos, como podía ser: La Casa Real, los Ministerios de Defensa (G.C. de la Armada ), Comunicaciones ( Marina Mercante) , Cultura y Turismo, Obras Públicas ( puertos ), el I.N.I. ( E.N.Bazán ) y Federaciones de clubs náuticos. La Fundación March, Diputación Provincial de Santander, Pontevedra o Barcelona ( según pudiese ser el puerto elegido ), La Liga Naval Española, empresa Masó Hermanos de Vigo; asociaciones marítimas profesionales y deportivas y aportaciones particulares.
Y así en conjunto, se salvaría el Galatea. Para evitarnos que una vez más, lo lamentemos después, admirando las excepcionales virtudes de otros países: los que conservan su pasado en el presente.

Juan A. Rivero, socio de Mystic Seaport Museum ( EE UU )

REVISTA GENERAL DE MARINA
(Madrid CXCV 1978 ) pag. 51 a 59.
Souto Iglesias Antonio: un octogenario velero de nuestra Armada llamado Galatea.
Datos históricos relativos a este navío, velero mixto de transporte botado en Glasgow en 1.896 Velamount, vendido a la compañía italiana Extella de Italia, después de la guerra de 1.914 a 1.918, Clarastella, y adquirido por la Armada española con otro de la misma empresa, el Minerva, en 1.923, para ser dedicado a buque escuela.
Aportación de recuerdos personales.

Souto Iglesias Arturo: los últimos días de un viaje de instrucción a bordo del Galatea. Revista General de Marina, ( Madrid número 196, 1.979, páginas 309, 317.
Relato autobiográfico del itinerario entre Santa Cruz de Tenerife y Punta Delgada en las Azores, que el barco escuela de la Armada, en cuestión realizó a finales de 1943.
Interesan algunos episodios para calibrar el ambiente de tensión que se vivía en esos días de la guerra mundial, a pesar de la neutralidad, como el ametrallamiento del buque por unos aviones americanos, la presencia de un submarino y las medidas restrictivas de las autoridades portuguesas para el desembarque de la dotación.

REVISTA GENERAL DE MARINA  CANCIONES PARA UN VELERO
Eduardo Ruiz Mañogil

Cuando la noche del 14 de marzo de 1956 traspasé el portalón y pisé porprimera vez la cubierta de madera de aquel bergantín goleta,si alguien me hubiesedicho que más de cincuenta años después yo recordaría ese momento como uno de los más importantes de mi vida, posiblemente lo hubiese tomado por loco,pues mi memoria aún se estremece con aquellos nstantes en los que en mi corazón solamente tenía cabida la soledad y el temor a lo desconocido.
Al amanecer del día 15 el cornetín de órdenes lanzó al aire las notas del toque de Babor y Estribor de guardia y el buque escuela enfiló la ría de Ferrol para iniciar un crucero de instrucción que finalizaría el 15 de julio y durante el cual visitaría los puertos de Las Palmas de Gran Canaria, San Juan de Puerto Rico y punta Delgada.
Un violento temporal nos sorprendió a los pocos días y estuvo a punto de hacer naufragar nuestro velero, al igual que había hecho con el buque escuela alemán Pamir, hundido en las aguas del archipiélago de las Azores.
No deja de ser curioso que después de tantos años puedan conservarse en la mente situaciones y personas tan lejanas y que sin embargo parezcan cosas ocurridas ayer mismo.
Cierro los ojos, dejo volar la imaginación y veo al capitán de fragata don Ramón Liaño de Vierna comandante del buque, paseando por cubierta junto al segundo comandante, el capitán de corbeta don José Lorenzo Rey-Díez, y al capellán don Abilio Piédrola, enfundado en su enorme y negra sotana.

También me parece estar viendo a todos y cada uno de aquellos contramaestres, duros, competentes, profesionales hasta la médula y con toda probabilidad una de las más cualificadas plantillas con que ha contado la Marina:
Don Jesús Freire, don Saturnino Serantes, don Robustiano Álvarez, don Antolín Vila, don Pablo San Emeterio, don Pedro Jiménez, don Vicente Costa y tantos otros de los que seguramente me olvido comprensiblemente tras más de medio siglo transcurrido.
Durante dos inolvidables años permanecí a bordo, y lo que para mí fue el comienzo de mi vida en la Armada, para él significó el principio del fin de la suya. Muy poco tiempo después, cargado de trienios y de achaques, cansado y sin páginas ya que rellenar en su manoseado cuaderno de bitácora, dejó de navegar.
A pesar de su honroso historial y de una hoja de servicios intachable, cuando le llegó la hora de causar baja en la Lista Oficial de Buques de la Armada se vio obligado a soportar injustas crueles humillaciones.
Las mismas aguas que tantas veces había surcado con sus velas desplegadas al viento, lo vieron pasar arrastrado como un guiñapo, como un fantasma salido de otros tiempos en los que su airosa silueta llegó a ser conocida y admirada por todos.

Desde las monjitas de San Juan de Puerto Rico, que lo saludaban con entusiasmo agitando la bandera de España, hasta los habitantes de Pernambuco, a quienes visitó y con los que compartió algunos días de descanso.
Como él, yo también causé baja en la lista de la Armada, y lo cierto es que ignoro si mi viejo y querido amigo continúa amarrado a los norays de la Estación Naval de La Graña o si tal vez ha sido incinerado y sus cenizas esparcidas por el Atlántico, por ese océano del que, como dice una de las canciones a él dedicadas, nunca salió.
Sea como fuere, siempre lo recordaré como el bello barco que fue y guardaré en lo más profundo del corazón todas y cada una de las canciones que autores desconocidos escribieron para él y que tantas jóvenes gargantas le cantaron con el entusiasmo y la alegría de los diecisiete años.
Posiblemente haya sido el buque de nuestra Armada que mayor inspiración despertó a la hora de escribirse bonitas letras que ensalzaran su estampa marinera, su belleza, su gallardía.
Letras que paliaron también muchas horas de morriña a las numerosas promociones de especialistas que olvidaban, aunque fuera tan sólo por unos momentos, sus privaciones y fatigas mientras entonaban el «¡Oh, Galatea, tú eres el barco mejor…!», sentados alrededor de una vieja mesa de madera del bar La Uva y saboreando una buena taza de Ribeiro.
De sus canciones recuerdo una con especial cariño y con la que quiero despedirme para siempre de él. Se cantaba con música de La Madelón y dice así:

Al descansar de la dura pelea
que sostuvimos todos con el mar,
en tres meses de crucero, Galatea,
navegar, navegar, navegar.

Todos marchamos muy contentos,
todos cantamos con amor
a esa tierra que añoramos
y llevamos en el corazón.

Ya venimos del mar,
vamos a descansar,
vamos a descansar,
volvemos al hogar.

Cantemos pues todos al Galatea
donde viví amarguras e ilusión,
mi velero qué solo te quedas,
siempre te recordaremos con amor.

No olvidaremos viejos tiempos
de aventuras sin igual,
cuando amenazaban los vientos,
cuando rugía el temporal.

Ya venimos del mar,
vamos a descansar,
vamos a descansar,
volvemos al hogar.

Cantemos pues todos al Galatea. Y con mejor intención que estilo, no cabe duda, he tratado de cumplir aquella antigua promesa que le hice a uno de los más queridos y entrañables buques de nuestra Armada, el Buque Escuela Galatea. Si lo he conseguido o no, deben ser ustedes, amables lectores, quienes lo juzguen.
Eduardo Ruiz Mañogil. Alférez de Navío.

TEXTOS LEGALES
PARTE OFICIAL . PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS. REAL DECRETO DEL MINISTERIO DE MARINA.
Según propuesta del Ministro de Marina de acuerdo con mi Consejo de Ministros, vengo a decretar lo siguiente:
Art. 1º : Los motoveleros Galatea y Minerva, recientemente adquiridos, se rehabilitarán en la forma que requiera la enseñanza práctica de mar, debiendo efectuar el gasto de 2.300.000 pesetas. Que estas habilitaciones suponen al crédito de cuatro millones de pesetas consignado en el último concepto referente al Departamento de Cádiz del artículo 2º de la ley de 17 de febrero de 1.915.
Art.2º : La habilitación del Galatea se efectuará por gestión directa, sin las formalidades de subasta y concurso, como caso comprendido en los Reales decretos de 11 de agosto de 1.921 y 6 del mismo mes y año, de Marina y Hacienda respectivamente.
Art.3º: La habilitación del Minerva se llevará a cabo por concurso entre Casas nacionales.
Dado en Palacio a cinco de abril de 1.922
ALFONSO
El Ministro de Hacienda José Rivera.

ADQUISICION DE MOTORES PARA EL MOTOVELERO GALATEA
A propuesta del Jefe de Gobierno, Presidente del Directorio Militar, vengo a autorizar al General encargado del despacho del Ministerio de Marina para que por gestión directa, se adquieran de la Casa R. Corbella, con industria eléctrica en Sabadell, los motores auxiliares para el buque-escuela ” Galatea “, cuyo crédito, de 229.800 pesetas, deberá efectuar al capítulo 15, artículo 1, en concepto ” Para adquisición de pertrechos etc…” del vigente Presupuesto.
Dado en Santander a trece de agosto de mil novecientos veinticuatro.
ALFONSO.
El Presidente del Directorio Militar. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.

MINISTERIO DE MARINA DECRETOS
3 de agosto de 1.936
El 18 de julio de 1936, el Galatea, con su comandante, el capitán de fragata Fausto Escrigas Cruz,se encontraba en alta mar rumbo a Santa Cruz de La Palma. El buque había salido de San Fernando (Cádiz) el día 10 con 49 aspirantes de Marina de primero y segundo curso y 150 cabos y marineros aprendices de la Escuela de Maniobra.
El viento favorable posibilitó largar todo el trapo, por lo que el viaje prometía ser feliz, lo que permitió hacer numerosos ejercicios de fachas, paireos, hombre al agua y viradas, maniobra que dominaba su comandante, ya que había sido el primero que había conseguido virar el buque por avante.

“Tanto unos como otros -explica Ricardo Cerezo, constituyen lotes de hombres profesionales que significan un apetecible refuerzo humano para cualquiera de los dos bandos enfrentados desde el 17 de julio.
Es por ello que desde el primer momento los jefes y oficiales afectos al Gobierno,en el Ministerio de Marin, y sus adversarios, en la base naval de Cádiz, donde el Juan Sebastián de Elcano actúa de estación de radio de los marinos sublevados,se esfuerzan, a través de la radio, en atraer a sus respectivas causas a la dotación del Galatea.
3 de agosto de 1.936
A propuesta del Ministerio de Marina y de acuerdo con el Consejo de Ministros, vengo a decretar lo siguiente:
Art.1º El Capitán de Fragata D. Fausto Escrigas Cruz; Capitán de Corbeta D. Riscardo Calvar y González; Tenientes de Navío D. Manuel de la Puente y Magallanes y D. Federico Fernández de la Puente y Gómez; Alféreces de Navío D. Ricardo Noval Fernández, D. Manuel Beardo Morgado, D. Antonio González-Aller Balseiro.
Capitán maquinista D. Manuel Rivera Pita; Capitán de Intendencia D. Eduardo de Sas y Murias; Capitán médico D. Luis Meirás Otero.

Aspirantes de segundo año: D. José Meria Turnay y Turnay, y cuarenta y tres más que se relacionan, finalizando por D. Salvador Vázquez Durán, causarán baja definitiva en la Armada, con pérdida de empleo, prerrogativas, sueldo, gratificaciones, pensiones, honorarios, condecoraciones y demás que les correspondan.
Art.2º. El Gobierno dará en su día cuenta a las Cortes del presente Decreto.
No se relacionan los Tenientes de Navío D. Evaristo López Rodriguez y D. José Verdaguer Puimartí por haberse comprobado debidamente que los citados oficiales del Galatea permanecieron en todo momento fieles al régimen y a disposición del Gobierno.
Dado en Madrid a primero de agosto de 1936 MANUEL AZAÑA.
El Ministro de Marina JOSE GIFAL Y PEREIRA.

MINISTERIO DE MARINA
“ESCUELAS”
Orden de 27 de diciembre de 1.939 estableciendo a bordo del motovelero Galatea la Escuela de Preferentes de las especialidades de carácter esencialmente marinero.
No procede demorar por más tiempo la iniciación de los cursos necesarios para la formación del personal de marinería que aspire a ingresar en el Cuerpo Subalterno de la Armada. En esta idea y a título de primera orientación, en todo caso compatible con lo que en definitiva se resuelva acerca del particular se dispone:
1º Se establezca a bordo del motovelero Galatea la Escuela de Preferentes de las especialidades de carácter esencialmente marinero. Dicho buque que continuará afecto al Departamento Marítimo del Ferrol del Caudillo, tendrá normalmente como punto de apoyo la Base Naval de Ríos.
Un régimen especial, y mientras éste no pueda ser publicado, sucesivas Ordenes ministeriales especificarán y concretarán acerca de los cursos a realizar, fechas de comienzo, duración, modalidad de enseñanza que han de recibir los alumnos y régimen de navegación a observar.
2º Será Comandante del Buque Escuela un Capitán de Fragata a designar libremente por el Ministro de Marina, que desempeñará, al mismo tiempo las funciones de Director de la Escuela.

3º Por el Estado Mayor de la Armada se procederá a estudiar la plantilla de dotación necesaria y a fijar las fechas en que el buque debe entrar en servicio activo, así como las agrupaciones de personal que han de llevar a cabo el primer curso.
4º Para cuanto se relacione con la enseñanza, el Comandanre director se considerará a las órdenes directas del Estado Mayor de la Armada; en todos los demás aspectos, militar, jurisdiccional y administrativo, dependerá del Comandante General del Departamento Marítimo del Ferrol del Caudillo.
5º Por el referido Comandante General se procederá con urgencia al alistamiento del Galatea, efectuándose en él los recorridos y obras que se consideren precisos para dejar el buque en condiciones de navegar, debiéndose proponer a este Ministerio la adopción de aquellas medidas que contribuyan a conseguir el fin propuesto.
6º En el presupuesto correspondiente al ejercicio económico de 1.940, se mantendrán los créditos consignados en el del año 1.935 para el funcionamiento de esta Escuela.

Madrid 27 de diciembre de 1.939

INTERPELACION EN EL CONGRESO
Luis Solana, siendo Diputado en la anterior legislatura, interpeló al entonces Ministro responsable, el 16 de diciembre de 1.980, con las siguientes palabras:
Un país como el nuestro, tan junto al mar y tan alejado del mar, no puede permitirse vender como chatarra los trozos de su historia naval. Nadie con respeto hacia su tradición dejaría de hacer un esfuerzo para conservar las piezas vivas de su pasado. Sin embargo, no parece que la sensibilidad de los gobernantes actuales haya mejorado mucho en estos años hacia nuestro patrimonio histórico.
España tiene hoy un velero con ochenta y cuatro años de existencia que puede quedar convertido en chatarra y leña.
Hoy el Galatea, el más antiguo de los dos grandes veleros oceánicos que nos quedan en España y que fue buque-escuela español desde 1.922 a 1.959, el bergantín corbeta Galatea se encuentra amarrado al pantalán de la estación naval de la Graña en el Ferrol, y al parecer, está siendo desguazado o en espera de ello.

¿Piensa el Gobierno, en coherencia con las palabras antes transcritas, evitar el desguace del Galatea y proceder a su restauración ?.
¿Conoce la intención de la Diputación y el ayuntamiento de Sevilla de constituir un patronato para llevar el velero y utilizarlo como museo naval en el río Guadalquivir, dentro de la celebración del V Centenario del descubrimiento de América
¿Piensa colaborar con esta idea ?.
Madrid, 15 de marzo de 1983. Jorge Verstrynge Rojas.

CONVOCATORIA ESPECIALISTAS DE LA ARMADA
De acuerdo con lo preceptuado en la Ley de Especialistas de la Armada, se convoca concurso para cubrir 975 plazas de Especialistas de Marinería y 25 de Infantería de Marina para las especialidades siguientes:

Electrónica de Artillería y Misiles.
Electrónica de Dirección de Tiro.
Electrónica de Torpedos.
Electrónica de Minas.
Electrónica de Sonar.
Electrónica de Comunicaciones.
Electrónica de Detección (Radar)
Electriciad.
Máquinas.
Señales.
Maniobra.
Hidrografía.
Escribientes.

Los admitidos al período de clasificación se presentarán en Cádiz con los siguientes documentos: Certificado de Estudios, autorización firmada del padre o de la madre, Certificado de buena Conducta, Declaración Jurada del interesado de no estar alistado en los Ejércitos de Tierra o Aire.
Los que sean admitidos después de los exámenes del período de clasificación, tendrán que presentar en un plazo máximo de veinte días: Certificado del Registro Central de Penados y Rebeldes, Certificado de Estado Civil y Copia del Acta de Nacimiento.

RESOLUCION  DE LA DIRECCION DE RECLUTAMIENTO
B.O.E. nº 94 de 20 de abril de 1978.
Resolución de la Dirección de Reclutamiento y Dotaciones por la que se convoca exámen concurso paaa contratar entre personal civil, una plaza de Profesro de Educación Universitaria ( área Ciencias naturales ), para prestar sus servicios en la Escuela de Maniobra ” Galatea ” en el Ferrol del Caudillo , La Coruña.
Entre otros puntos de documentación y titulación exigida, sueldo, plazos etc… rescato el punto 6º.

6º. El tribunal que ha de examinar a los concursantes estará constituido por:Presidente. Capitán de Fragata Don Domingo Jara Serantes.

Vicepresidente. Capitán de Corbeta Don Manuel Leira Aneiros.
Vocal - Secretario. Teniente de navío Don Jaime Blanco Roa.
Escribiente al servicio del Tribunal. Sargento escribiente Don Jose Luis Cachaza García.
Los exámenes consistirán en demostrar al aptitud adecuada a la categoría profesional de la plaza convocada. Etc…

ULTIMOS ACONTECIMIENTOS PARA EL GALATEA
Diario de Cádiz 7 de mayo de 2012 al rescate del buque escuela "Galatea"
Un grupo de antiguos "galateanos" lucha por recuperar imágenes e historias relacionadas con el antecesor del 'Elcano' 
Fue bautizado en diciembre de 1893 con el nombre de Glenlee, el mismo con el que reposa en aguas de la tierra que le vio nacer: Glasgow.
Pero entre su nacimiento y su reposo final, cientos y cientos de historias de cientos y cientos de marineros hacen que este buque escuela, considerado como el antecesor del Juan Sebastián de Elcano siga vivo y navegando. No ya por las aguas sobre las que tantos buenos recuerdos depositó en la mente de muchos "galateanos", sino sobre Internet, gracias al buen hacer y a las buenas intenciones de un grupo de estos "galateanos" que lucha ahora no sólo por recuperar el buque para España sino, al menos, recuperar su espíritu, sus imágenes y sus historias. 

Arminio, Castrillón y Miguel Gómez son los ideólogos de este buceo por la historia en busca de testimonios e imágenes que reconstruyan la vida de este singular buque de tres palos construido en los astilleros Bay Yard en Port Glasgow a finales de 1896. Pero no fue hasta 1922 cuando se incorporó a la Armada Española, en la que permaneció en activo hasta 1969, año en el que ya inició su hundimiento en la historia.
Antes de recibir en aguas españolas el nombre de Galatea, con el que fue incluso protagonista de la histórica película que rodó el propio Francisco Franco, Raza, fue rebautizado, primero como Islamount y luego como Clarastella.

En sus inicios fue utilizado para el transporte de grano. En 1905 pasó a ser propiedad de la empresa de Liverpool Richard Thomas & Co., a quien fue requisado por la Royal Navy durante la Primera Guerra Mundial. Y bajo bandera británica surcó los mares hasta 1919. Desde esas tierras pasó a territorio italiano, al ser adquirido por una naviera genovesa que lo usó como buque mercante. En esa época, al futuro buque escuela español se le hizo una serie de remodelaciones que lo dotaron de una gran modernidad.
En 1922, España se vio con posibilidades para adquirir dos buques escuelas y le compró a Génova el Jodanhill y el Clarastella, que ya, en aguas españolas, sería rebautizado una vez más como Galatea, nombre con el que adquirió la gloria en el seno de la Armada Española que ahora guía el espíritu de este grupo de recuperadores de su historia.

Y fue precisamente en Cádiz, en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga donde la nave se transformó definitivamente en buque escuela. A España le costó poco más de 850.000 pesetas, cantidad a la que se sumó un millón más con motivo de la modernización y conversión en escuela a flote.
Su primer viaje de instrucción, ya como Galatea, lo protagonizó en 1925, ya como barco destinado a la formación de futuros oficiales de la Armada. Y tan sólo tres años después, fue relevado por el Juan Sebastián de Elcano, aunque, tras una nueva modernización de sus motores, fue asignado a la escuela de aprendices marineros especialistas como buque escuela de maniobras.

El tiempo, sumado a múltiples vicisitudes meteorológicas y bélicas provocaron que el 15 de diciembre de 1959 quedara amarrado en el arsenal de Ferrol como pontón escuela de maniobra hasta su baja definitiva en la Armada en 1969, tras 47 años de servicio en la Armada Española. Y fueron voces populares las que lograron frenar las intenciones de la Armada de desguazarlo.

A partir de ahí, el abandono por parte de las administraciones y una serie de expolios continuos provocaron el declive de la embarcación, que llegó incluso a servir de cobijo para los indigentes.
En 1982 se llevaron a cabo algunas reformas en Bazán logrando atraer para sí de nuevo la atención de algunas ciudades como Sevilla, Barcelona, Santander, Palma de Mallorca o Ferrol. De hecho, durante la Expo del 92 se habló de adaptarlo como centro de comunicaciones y luego como museo naval junto a la antigua escuela de mareantes de Sevilla.
Y fue sobre las aguas del Guadalquivir donde el Galatea se hundía cada día más, no sólo físicamente sino espiritualmente hasta que se decidió su venta en pública subasta y fue adquirido por 8 millones de pesetas precisamente para su ciudad de origen, Glasgow, donde de nuevo recuperó su nombre de Glenlee. Fue así remolcado en junio de 1993 hasta la ciudad de Greenock, donde hoy permanece varado.

Pues ahora, "para no dejar que el paso del tiempo se lleve para siempre el recuerdo del Galatea", Miguel Gómez Ruiz, José Castrillón Mesa, Alberto Vera Meizoso y Arminio Sánchez Mora, junto a "las inmensas y entrañables colaboraciones de los antiguos alumnos galateanos" han sido los impulsores de este proyecto de rescatar fotografías, nombres e historias que, si no fuera por esta iniciativa, "se hubiesen perdido para siempre", tal y como reconocen para el Diario de Cádiz, los marinos antes mencionados.
Así, todos ellos dicen haberse sumergido en la recuperación de "las más bellas imágenes de nuestro insigne buque escuela, recuperando incluso las tomas del velero que se filmaron en la película Raza". Todas esas instantáneas están saliendo a la luz y navegando ya en la red de redes.

Por su parte, Arminio Sánchez Mora está realizando, un "gran trabajo histórico literario, siendo su empeño revivir al olvidado velero, mediante relatos de primera mano contados por sus navegantea, quedando todo ello reflejado en:
http://www.buqueescuelademaniobrasgalatea.blogspot.com/.
Este grupo de "galateanos" anda buscando toda la información que ayude a recuperar, de alguna manera, al Galatea. En uno de sus blogs ofrecen una dirección (tecnologia@jet.es) donde enviar ideas, testimonios, historias o imágenes sobre el buque escuela.

TVE2 en colaboración con este blog ha realizado un reportaje sobre el Galatea y sobre un miembro más de su dotación, ese marinero voluntario fue Delibes.

El escritor Miguel Delibes marinero voluntario en el Galatea.
En el año 1938, cerca ya de cumplir la mayoría de edad, Miguel Delibes se alista como voluntario en la Marina junto con otros amigos. Parece que la idea de alistarse ha surgido de Luis María Fernández, amigo de Delibes que luego morirá en el hundimiento del crucero Baleares. Embarca Miguel de nuevo ingreso en el Buque Escuela Galatea el 8 de febrero de 1938, en periodo de instrucción, velero ya viejo conocido de la Marina española. Allí recibe las enseñanzas fundamentales que son necesarias para todo marinero hasta que desembarca del Galatea para embarcar en el crucero Canarias el 27 de abril de 1938.
Así podemos leerlo en el li
bro matriz del Buque Escuela Galatea: “Desembarca y embarca en el Canarias a disposición del jefe del Bloqueo”.
El Canarias es uno de los cuatro cruceros (Cervera, Baleares, Canarias y Navarra) con los que cuenta entonces el bando nacional.
Cuando Delibes ingresa en el crucero Canarias le inscriben en la ficha de vicisitudes como estudiante de profesión y también como marinero voluntario.
El número que tiene Delibes en el crucero es el 377 y sus compañeros de coy, que es donde duermen los marineros, son Vicente Presa y Pepe Franch. Todos los marineros nuevos pasan reconocimiento médico y vacunación. Al marinero voluntario Delibes enseguida le asignan como destino el puesto C, el antiaéreo, concretamente en la dirección de tiro. A través del tubo acústico, Delibes dará las órdenes de disparo.
Llega el día a día, las comidas en el sollado, las guardias, los paseos en tierra… No lleva Delibes un mes en el crucero, cuando el Canarias apresa al barco griego Ellinico-Vouono. Es el 19 de mayo. Una semana después sucederá lo mismo con el soviético Skvortsov Stepanov.
Desde enero de 1939 y durante los meses siguientes el crucero en el que presta servicio Miguel Delibes realiza incursiones junto con otros cruceros nacionales en las costas de Cataluña para interceptar el traslado de tropas entre Valencia y Barcelona.
El 12 de mayo se consigna el siguiente escrito en la ficha de vicisitudes del futuro escritor: “Empieza a disfrutar de licencia por haber sido seleccionado para su ingreso en la Escuela Naval Militar”. Carrera que no siguió.Con fecha 14 de enero del presente año 2013, TVE, acaba de sacar a la luz un reportaje sobre el escritor y el Galatea. A continuación se puede leer el texto y ver el video,  siguiendo el enlace que se reseña a continuación:
Delibes perteneció a esa abnegada y sacrificada generación de la posguerra. Además, y por razones de edad,  le tocó vivir ll guerra civil. En 1938 se alistó voluntario en la Marina que combatía contra la República.“Me horrorizaba la idea del cuerpo a cuerpo; la guerra en el mar era más despersonalizada; el blanco era un barco, un avión, nunca un hombre. Yo lo veía como un mal menor”, afirmó Delibes en TVE en 1987.

"El Galatea" primer destino"
Aquella corta experiencia, apenas veinte meses en Armada, formará parte de su bagaje personal y literario. Su primer destino,”El Galatea”, un barco mercante botado en Glasgow el 3 de diciembre de 1896 con el nombre de Glenlee  y que España adquirió en 1922  para convertirlo en buque-escuela de la Marina.  Delibes pasó veinte meses en la Marina franquista 
Este velero centenario, que apareció en la película Raza (1941), tiene un blog perteneciente a Arminio Sánchez Mora, autor del libro "El buque escuela Galatea un guiño al pasado", recién publicado, y una próxima novela, Aleta de tiburón. 
Delibes forma parte de su historia, junto con otros marinos como José Castrillón Mesa, Miguel Gómez Ruiz, Alberto Vera Meizoso y Arminio Sánchez Mora, todos nostálgicos del “Galatea", su barco.

El "peludo"Delibes
El 8 de febrero de 1983 Delibes  embarcó  en el Buque- Escuela "Galatea", con base en El Ferrol. Su presencia imponía, sobre todo para  un joven tierra adentro , que se vería empequeñecido ante un palo mayor de 54 metros y 22 velas, con una superficie de 22.000 metros cuadrados.
Delibes era un “peludo” o novato, sin privilegios ante los veteranos. Dormía en el suelo en un cuarto común (sollado), que servía también de comedor. No tenía derecho a gancho para colgar su coy (hamaca). Dormiría poco ante el trabajo extenuante que le tocaba día a día. Además de las maniobras en los gavieros o juaneteros, tenía que baldear, cada dos o tres días, la cubierta, y enfrentarse a las temibles  guardias, que eran tres de cuatro horas cada una: prima, media y alba, como en cualquier buque de guerra.

Las "mascadas"
Y por si esto no fuera poco tuvo que acostumbrarse a las “mascadas”, el vómito continuo, provocado por el movimiento de la cubierta bajo su pies. Existían otros inconvenientes.
Invadidos por las ratas, las chinches, los piojos, las ladillas y las curianas.
“Estábamos invadidos por las ratas, las chinches, los piojos, las ladillas y las curianas", (cucaracha rubia de cafeteras) éstas abundaban sin ningún tipo de rubor. Había tantas, que solían invadir las taquillas. A esto, hay que añadir el frío, el calor, los vientos, el hambre, la falta de agua dulce para el aseo personal, y el trato despiadado e inhumano de nuestros mandos”. Quien así habla  es  Gerardo Ureña Massa, marino como Delibes, pero que navegó en “El Galatea”, pero  en los años cincuenta. Fue el héroe en la riada de Valencia de 1957.

"Hombres arriba y abajo"
No conocemos  cómo fue el bautismo de mar de Delibes.  Tenemos, en cambio, el testimonio de un marinero de segunda, Gabriel Antonio Concepción, de La Palma, que pasó por “El Galatea” en 1941. Era voluntario como Delibes,. Hoy, a sus 90 años, sigue recordando aquella experiencia.. La Marina era por aquel entonces mucho más dura  que la Legión. Realizábamos las maniobras descalzos, y con ropa de faena, es decir, que consistía en una  camisa y un pantalón corto.

Por la mañana muy temprano formábamos en cubierta. Algunos compañeros no podían más, y se desmayaban exhaustos.  Recuerdo perfectamente aquel frío intenso, y cómo nuestro “Galatea” cabeceaba de babor y estribor. No he olvidado cómo se abrían los pies, y cómo en la cubierta quedaba marcado un hilillo de sangre, cuando formábamos”.

La Marina es más dura que la Legión
No había arnés ni otra medida de seguridad. Sólo una navaja bien dispuesta al cinto. Así trabajaban aquellos marinos de hierro, algunos, unos niños.“Yo no era muy alto, pero sí muy delgado y espigado”, nos sigue contando don Gabriel.” Era juanetero, a más de 30 metros de altura. No he olvidado las órdenes del contramaestre: ”Gavieros y juaneteros, al pie de la jarcia, hombres, arriba y abajo”. Y todos, sin dudarlo, cumplíamos la misión asignada en el puesto que nos correspondía. “Gavieros y juaneteros, al pie de la jarcia, que por 5 duros y un chaquetón, un (marinero) nuevo”. Un chaquetón y cinco duros es lo que valía la vida de un marino en aquel entonces.

En en crucero "Canarias"
El 27 de abril de 1938 a Delibes les destinan al crucero “Canarias”, con base en Palma, que formaba parte de la llamada  flota de bloqueo,  que tenía por misión cortar los suministros que llegaban por el Mediterráneo a la España republicana. A Delibes le destinaron a las baterías antiaéreas. Su número, el  A377,  es el mismo que llegará a tener el protagonista de “Madera de héroe” Gervasio García de La Lastra. 
La suerte o el destino le fue favorable. Su amigo, Luis María Fernández, que tanto influyó para alistarse en la Marina, le tocó ir al “Baleares”, donde encontraría la muerte.
Condecorado
En la conmemoración del primer 18 de julio,  se le concedió a Miguel Delibes la medalla de Campaña y la Cruz Roja por los servicios prestados. En mayo, unos meses antes de acabar la guerra civil, Delibes fue seleccionado para cursar en la Escuela Naval, carrera que no siguió. No tenía vocación. El día 31 de octubre de 1939 fue licenciado, regresando a Valladolid, su ciudad natal.
Fue condecorado y propuesto para oficial
Ingresó en la Escuela de Comercio. Tras finalizar esta carrera, inició la de Derecho y se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios. En 1941 fue contratado como Caricaturista en El Norte de Castilla, donde se publicó primer artículo “El deporte de la caza mayor”. Delibes tenía 21 años.

El regreo al "Galatea"
En los años 70 Delibes es ya un escritor reconocido. Estaba de moda y era de buen tono leer sus obras. Por aquellos años, su hija Elisa recuerda todavía un viaje  con sus padres y hermanos por el norte de España. Llegaron al Ferrol, donde estaba atracado como un pontón “El Buque Escuela Galatea”.
Delibes quiso ver el barco, y logró subir hasta la cubierta. Podemos imaginarnos la escena. Delibes se quedó en silencio, absorto con los recuerdos que le traían aquel barco de su adolescencia. Un momento que sus hijos y su mujer supieron respetar sin duda.

La Guerra Civil, coflicto generacional
Penas y alegrías se cruzarían en su camino los setenta. En  1975, leyó su discurso como académico de la Española,” El sentido del progreso desde mi obra”. En 1974 moría su mujer Ángeles de Castro, una pena de la que no se recuperaría.
 Y en el trasfondo, la guerra civil, que marcó a todos los de su generación. "Yo lo que he tratado de hacer ha sido presentarla como la típica guerra fratricida: el drama de Caín y Abel".

Los "muñones del alma"
En 1987 se presentó su primer novela larga,  Madera de héroe,,  Es su obra más autobiográfica. En TVE aclaró que no pretendía hacer una novela sobre la Guerra civil, sino la crónica de unos personajes que se ven envueltos en ella.
”Si fuera posible  hacer un estudio médico de las personas que participamos en aquella terrible guerra, resultaría que los mutilados psíquicos somos bastantes más que los mutilados físicos que airean sus muñones”.  Así lo afirmó  en TVE.
La guerra dejó más mutilados psíquicos que físicos.
Delibes ignoraba el triste final de “El Galatea”, el barco en el que pasó su mili. Se encontraba en Sevilla, a la espera de ser convertido en centro de comunicaciones de la Expo, un proyecto que nunca se realizó.
El velero histórico, que bordeó en 16 ocasiones el Cabo de Hornos, "el infierno" de los marinos, quedó como una chatarra inservible y alojamiento de los sin techo.

El barco que superó dos guerras mundiales y la contienda civil española sucumbía sin remedio  por la desidia hasta que la Armada decidió reflotarlo y subastarlo.
En 1992 lo compró la localidad de Glasgow en pública subasta  por 40.000 euros, reunidos mediante suscripción popular. Róterdam fue hasta final un duro rival para hacerse con este histórico velero.

EL "Galatea",  al final del camino
En 2006 los Reyes visitaron en su domicilio de Valladolid a Miguel Delibes, Charlaron durante media hora de los nietos, la caza y los libros. El escritor estaba muy enfermo por un cáncer de colón que le diagnosticaron en 1998, el año en el que terminaron los trabajos de restauración del “Galatea” en Glasgow.
En 2008 Delibes recibió una carta inesperada de un marino del “Galatea”. Se llamaba Jesús Aguirre González, y era de la misma quinta de Delibes. Y en su carta le preguntaba si alguna vez coincidieron en el duro bregar de la mar. Y le  daba pistas, por si el nombre no le decía  nada.  “En el Galatea tenía el número 202, y estaba en el rancho con el cabo Otero, un marinero bastante mayor que tenía un hijo en el mismo rancho de nuestra edad (18 años)”.

Hace 70 años de aquella lucha fatal
Delibes contesta en el mismo una respuesta apresurada, rápida, y con un ligero temblor. “Yo estuve un año en “El Canarias”, pero apenas recuerdo el nombre de los compañeros más afines. Lo siento. En todo caso hace ya 70 años de aquella lucha  fatal. Un saludo afectuoso”. Fue uno de sus últimos escritos

El velero
Dos años después, el día 12 de marzo de 2010, a los 89 años, moriría Delibes, tal vez para emprender otras rutas, otras navegaciones por el mar de la eternidad. Su “Galatea”, bautizado como "Glenlee”, permanecía ya definitivamente amarrado en Glasgow, convertido en museo flotante  y sin un recuerdo del paso de Delibes. Es para los escoceses y los turistas  “El velero”, “The Tall Ship", pues no hay otro igual.

Delibes, marinero en tierra ferrolana
En «Madera de héroe», su novela más autobiográfica, el escritor relata su paso en 1938 por el Arsenal, donde hizo la instrucción a bordo del buque-escuela «Galatea»
 Castilla es ancha, pero no lo es todo en la literatura de Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010). En su narrativa también se cuelan, aunque sea de refilón, otros paisajes, otras gentes: la Extremadura de Los santos inocentes , por supuesto. Pero también Galicia. Ferrol, para más señas.

La conexión gallega de Delibes es doble: biográfica y literaria. A principios de 1938, el futuro escritor y un grupo de amigos vallisoletanos, impulsados por un juvenil ardor guerrero, se alistan voluntarios en la Armada para unirse a las tropas franquistas en la guerra civil. De la capital castellana, Delibes, con tan solo 17 años, parte a Ferrol, donde tiene que hacer un período de instrucción de unas semanas a bordo del buque-escuela Galatea , que permanece amarrado en los muelles del Arsenal, antes de embarcar en el que será su destino definitivo hasta el remate de la contienda: el crucero Canarias.
Este episodio real se plasma casi milimétricamente en treinta páginas de Madera de héroe (1987), la voluminosa novela en la que Delibes narra con crudeza su experiencia en la guerra civil. Ramón García Domínguez, biógrafo de Delibes y director de la edición de sus Obras Completas (Galaxia Gutenberg-Destino), subraya que Madera de héroe es sin duda su novela más autobiográfica. «En muchas de sus obras hay conexiones entre novela y biografía, pero en esta es en la que más hay de su propia vida.

De hecho, originalmente se titulaba 377A, Madera de héroe , con el número y la letra que identifican al protagonista en el buque-escuela y que era precisamente el mismo código que tuvo Delibes en
la Armada.
E
n las siguientes reediciones, el autor, dotado de un enorme sentido común, decidió prescindir de ese número porque decía que complicaba mucho los pedidos en las librerías», apunta el especialista.

Llegada en tren a Galicia
El protagonista del relato, y álter ego del escritor, se llama Gervasio García de la Lastra y así relata Delibes su llegada en tren a Galicia desde tierras castellanas: «Gervasio se volvió hacia la ventanilla, limpió el vaho del cristal con la bocamanga y a través del hueco transparente descubrió que las tierras llanas, pardas y áridas, del exterior, se habían transmutado en onduladas praderas parceladas, y el alto y sereno cielo azul en un pesado toldo gris, próximo y plomizo.

Una lluvia delgadísima azotaba los cristales, mullía la tierra, mientras los pliegues verdes cubiertos de brezos y helechos se iban empinando hasta convertirse en montañas, que el convoy perforaba audazmente a través de fragorosos túneles».
Durante las semanas de instrucción, García de la Lastra tropieza repetidas veces con el reglamento y apenas pisa la calle.

En la primera salida deambula por Ferrol, en medio de bromas constantes con sus compañeros, hasta que en la calle Real, «atestada de marineros, grupos de muchachas cogidas del brazo y maduros matrimonios con niños de corta edad», el revoltoso grupo se topa con un coronel de Intervención «siempre dispuesto al apostolado castrense» que pone fin a sus andanzas.
En su segundo permiso, los amigos se encargan de llevarlo de paseo por el tablero del Ferrol de la Ilustración. «Gervasio, sin apenas darse cuenta se vio libre (recorriendo a grandes trancos el adoquinado del muelle, rodeando los diques secos, el Arsenal, franqueando, al fin, la gran verja ante los ojos indiferentes del centinela) como un niño de vacaciones».

Liberados, los marineros recorren «la mayor parte de la ciudad», incluida una visita a casa de la lavandera «en el barrio alto» y a la entonces llamada plaza de Deschamps. Allí reciben la noticia del hundimiento del crucero Baleares , en el que muere su amigo Tato Delgado. Su nombre real es Luis María Fernández y a él, «cuya tumba está en el mar», dedica el autor la novela.
Era el 28 de febrero de 1938. Unos días después, Delibes zarpa en el  Canarias ( Don Juan de Austria en el libro), el crucero con base en Palma de Mallorca en el que pasará el resto de la guerra. Como Gervasio, se convierte en un número y un destino: 377 A.